Tres largos años desde la expulsión por decreto-ley de Chobenalla. Un largo tiempo en el que la fruta ha estado madurando lentamente, sabedores de que la mentira y la manipulación provocarían una lenta pero segura derrota. Todo cae en la vida. Cuestión de tiempo. Una pena pero es así. Aragón sufre una gran opresión colonial y parece que hablar de estas cosas sería como perder el tiempo. Pero nada más lejos de la realidad. Veamos.
Labrándose en la sombra, resistiendo en las catacumbas de la adversidad. Aún más lejano si cabe, aquel mayo del año 2000, en una Asambleya prácticamente de refundación Chobenalla creaba su propia dinámica, la que le ha permitido aguantar 15 años luchando por la liberación nacional. En aquel momento (Castillazuelo, en el Semontano de Balbastro) construía un espacio organizativo más horizontal que nunca (rediseñando la ejecutiva de la organización, que pasaría a llamarse Maya Nazional, una mesa asamblearia de debate permanente); de esa forma buscaba superar esa fase de incredulidad de CHA, reconociéndose abiertamente como sus juventudes, sin menoscabo de su autonomía en la toma de decisiones. De esta forma superaba la etapa en la que Chobenalla era un mero rolde dentro de la estructura chuntera. Cercanía a CHA en la línea de trabajo “a no ser que la situación sea claramente divergente”. En 2001 la Asambleya Nazional de CHA (en Teruel) refrendaba esta situación, creándo un capítulo propio dedicado a Chobenalla dentro de sus estatutos (el capítulo IX), de igual forma esta alianza se desarrollaría con un protocolo de relaciones que beneficiara a ambas partes, se partía de la confianza y el reconocimiento aún sabiendo que los conflictos y las tensiones llegarían tarde o temprano. Una relación federativa para un partido federalista.
Llegó el Plan Hidrológico Nacional y el mundo se volvió loco. La base social creció demasiado rápido, con una implantación territorial débil y una concienciación bastante irregular. A pesar de todo Chobenalla llegaba a un grado de madurez y cohesión que fue constatado en su V Asambleya (abril de 2002), con un alto desarrollo de ponencias y una vía abierta hacia la reconstrucción nacional. La relación con CHA se construía a diario, no había posiciones estáticas; alguna sí, la sistemática mieditis de la Dirección a cualquier cosa que ellos veían como radical (o sea, hacer nacionalismo sin tapujos ni pedir perdón a nadie por ser como somos). Tampoco se podían quejar: Chobenalla llenaba su escuela de verano, pegaba sus carteles e incluso tenía ideas buenas que se podían copiar (por ejemplo, el Premio a los Derechos y Libertades Nacionales).
La última etapa se inaugura en 2003, CHA entra a gobernar en el ayuntamiento de Zaragoza. Borrón y cuenta nueva para las expectativas creadas. La fractura se hace terremoto: autonomismo y socialdemocracia para todos. Y cual efecto inverso la mariposa se hizo oruga. Chobenalla continuó con su trabajo en la calle, que además tuvo un hito histórico en la última Asambleya de CHA (enero de 2004, en Zaragoza), la cual tenía un lema sugerente (Haciendo País desde la izquierda, un Aragonesismo para todos), demasiado bombo para tan poca sustancia. Chobenalla participó activamente en la misma, con un intenso trabajo de enmiendas a los textos, se hablaba de “hacer Chobenalla” como un “pilar básico en la construcción nacional”. Fruto de este esfuerzo la organización pasó de uno a cinco representantes en el Comité Nazional (el máximo órgano entre asambleas). Algunos se pusieron demasiado nerviosos.
Unos meses después, la decapitación. Quien se mueve no sale en la foto. 15 de noviembre de 2004. 35 días antes del aniversario de la decapitación nacional… ya saben, aquel Juan de Lanuza. Que si radicales, anticapitalistas, contrarios a la Expo 2008, desleales. Una imagen distorsionada en un espejo de feria. Nosotros somos lo que ellos eran. ¿Cambió Chobenalla en aquella asambleya de Chaca? Más bien poco. Maduramos y eso significaba discutir planteamientos y desmontar cosas que estaban establecidas. La historia hasta el día de hoy no os la voy a contar: obviamente el bernalismo ha huido hacia delante y donde antes gritaban por la ecología ahora escriben medioambiente. Y todo puede empeorar, y así fue. Montaron unas pseudojuventudes, persiguieron sistemáticamente al diferente, demonizaron la crítica, agredieron al disidente. Política de tierra quemada. En mayo de 2007 CHA perdía más de 40.000 votos a nivel nacional. Jugaron a ser el PSOE y les salió mal. Las bases que tanto repudiaron en los últimos tiempos se desvanecieron. Llegan nuevos tiempos, difíciles para unos, cambiantes para otros, ¿definitivos para la mayoría?. Un nuevo nacionalismo aragonés ha de nacer. Nada que perder, como cantan Pignoise (y perdón por el atrevimiento).