La verdad es que me esperaba desde hace meses el lío que se ha montado en el PSOE. Un partido sin rumbo, que se va desgastando elección tras elección (22% en las últimas generales, su peor resultado) y que ha precipitado acontecimientos tras su fiasco en Euskadi y Galiza. Lo peor no es la imagen que dan, si no el objetivo, el horizonte al que quieren llegar: permitir un gobierno del PP, establecer una alianza con Podemos y sus mareas, o forzar terceras elecciones sin una red de seguridad definida. Felipe y los “barones” continúan españoleando cuando la única fuerza real que les queda es consecuencia del sistema autonómico actual. Se pueden disolver. O pueden rezar al señor Brandt, o llorar por la cal viva, pero tienen un futuro muy jodido a corto-medio plazo.