Desde que era un niño, siempre me han interesado los mapetas. De todo tipo y condición. Por eso, cuando el otro día, me encontré con este tweet-mapa de Comarkup, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Una infografía que se ha hecho viral y que representa los brutales desequilibrios demográficos aragoneses. Ya se sabe lo que representa Zaragoza en peso poblacional. Más de la mitad del censo aragonés. Al ver el mapa, con sus 33 rampantes comarcas nos queda una huella invisible en algunas, que no llegan ni a una persona si Aragón tuviera 100 habitantes -el objetivo visual de la cartografía-. Por cierto, la delimitación comarcar tiene ya dos décadas largas de gestión… Ahí lo dejo.

Y aquí la distorsión y quizás la paradoja. No creo que cambiaran mucho las cosas. La realidad es tozuda cuando hablamos de despoblación y desequilibrios. Pero si en vez de ese mapa comarcal, usáramos uno que comenté hace un tiempo en este artículo, la percepción visual sería diferente. Allí se planteaba un mapa con Alto Aragón, Aragón Medio, Bajo Aragón, Ibérica Sur, Ibérica Norte y Zaragoza. No sería la Arcadia feliz pero las conclusiones a nivel socioeconómico cambiarían. Regiones para masificar renovables, polos de concentración humana, vacíos para la porcinización, zonas de esquí y fiesta especulativa… Dejo la turra, ya que al final nos queda poco para que ese medio habitante que no aparece cuando aplicamos una regla de tres, se convierta en la nada absoluta. Y entonces, no habrá mapa que contenga nuestro lamento.

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