lamban supremacista

Un supremacista anda suelto por San Juan de la Peña. Este cálido domingo de junio nos ha traído la vuelta al Panteón Real aragonés, de los restos de Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I. Un acto solemne en el que nuestro querido presidente ha vuelto a reforzar su postura sobre el papel de Aragón en el encaje constitucional español.

Menudo viaje. Otra huída hacia delante de Lambán. En su discurso ha venido a decir que Aragón es LA nacionalidad histórica por excelencia, que nadie nos tiene que dar lecciones, ni al sur ni al oeste ni al este -Holi, Quim Torra!-. Por el norte que se busquen la vida. Una titulitis histórica vacía, de café y chistorra para todas, y que desmarca a Lambán (y al PSOE aragonés por extensión) hacia un rancio etnorregionalismo español.

¿Dónde queda la voluntad popular del pueblo, de la comunidad? ¿el patriotismo cívico? Me imagino que Guillén se estará llevando las manos a la cabeza con este discurso (leed su ¡Pintad el nacionalismo de rojo!). La realidad, desgraciadamente es otra, según el CIS un 34% de los aragoneses quieren un gobierno central sin autonomías.

La historia sin voluntad no sirve para nada. Ya podemos tener tres carreras, dos masters y no se qué títulos de idiomas, que si no trabajamos en lo que nos hemos formado, nos quedará todo para el baúl de los recuerdos.