barcelona-marcha-contra-el-terrorismo-entre-abucheos-al-rey-y-esteladas
Mani del 26 de agosto en Barcelona #NoTincPor

Las banderas que no se agitan son las más poderosas. Están siempre presentes, nacionalizando e identificando a la gente, recordando el marco simbólico-nacional en el que se han de mover. Esto lo explica muy bien Billig en su Nacionalismo banal. A raíz de la mani de la semana pasada en Barcelona, se ha dado un vuelco a esta situación en Catalunya: el rechazo al terrorismo yihadista puede tener muchas banderas, y eso a la caverna «que no agita banderas» parece alertarle en exceso.

Todo esto tiene mucha importancia. Como la guerra sucia que se ha planteado entre cuerpos y fuerzas de seguridad. Si el Estado español pierde la hoja de ruta del orden y la seguridad -tal y como viene amparándose en occidente desde los atentados a las torres gemelas-, le queda muy poco. Y en Catalunya lo saben: por eso hay una obsesión por agitar las banderas. Independentistas contra el yihadismo. El orden y la seguridad se tambalean para el nacionalismo español.

Por eso rabia el PP. Sólo les queda la violencia (ejercida por pura praxis), el impedir. Ni urnas, ni banderas, ni monarquías hipócritas. Hay banderas que no se agitan, ya que están podridas.