Una consulta es pedirle a la gente que exprese su opinión sobre algún tema concreto. No es otra cosa. Si esa consulta es vinculante, dependerá del entramado legal o las intenciones del elemento (institución) que la realiza. Así de sencillo. La cuestión del debate catalán se ha emponzoñado con la consulta, que es cómo discutir sobre el reglamento, antes de jugar el partido, y con mucha anterioridad al resultado del mismo. Las comparaciones con el asunto en Escocia son grotescas. Aquí tienen miedo, cuando construyes sobre la filosofía de la dominación, llega un momento en el que te quedas sin argumentos. Los procesos independentistas no son catarros de un día, en el caso catalán llevan décadas trabajando. Ahora se trata de aprovechar la oportunidad. Mientras esto sucede, es probable que el nacionalismo español dilapide la consulta. Pero la voluntad del pueblo será otra cosa…
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