El momento del año más adecuado para postear y justo apenas he tenido tiempo para abrir mi cuenta de correo (400 mails esperan mi lectura). Pasaron las elecciones del 22 de mayo y quiero lanzar alguna reflexión (ya postearemos adecuadamente la realidad). Tenemos un Aragón 2.0, con un PP ganador que nos abre un escenario natural de pactos con la derecha del PAR. Aunque Biel prometió algo que no creo que cumpla. Yo pensaba que habría tripartito pero el PSOE no ha sujetado suficientes escaños, como rondar los 27 en Cortes, y CHA demuestra que sigue en crisis (su escenario ideal de captar votos del PSOE) no ha funcionado. Se mantienen pero creo que internamente valoraban una subida razonable de apoyos. IU, bien por ellos, han aprovechado la coyuntura. UPyD no entró por poco, hubiera dado juego en el parlamento nacional. Una pena. 2.0, algunos hablan de oscuros nubarrones azules. Algún viejo amigo, siempre ha dicho que contra peor, mejor. Y las acampadas ahí siguen. Seguimos repensando este nuevo (viejo) escenario.
junio 1, 2011 at 13:25
Hay que tener el riñón bien cubierto para pensar que cuanto peor mejor.
junio 1, 2011 at 13:25
El aragonesismo político tuvo su máxima expansión con la mayoría absoluta del PP, el PSOE es un encantador de serpientes.
junio 1, 2011 at 13:25
Jajajaja, pues entonces para que te «encante» el PSOE has de ser una serpiente! Yo creo que desde 1977 es evidente que el aragonesismo ha evolucionado: del regionalismo inicial ha ido deslizándose hacia el nacionalismo, aunque una parte importante, sobre todo en el mundo rural, se resiste a dar el paso. Pero es evidente que desde 1987, en que el PAR era la segunda fuerza política del Ayto. de Zaragoza hasta ahora, que está fuera y la CHA es la tercera ha habido un cambio:
Por un lado buena parte de los regionalistas consideran que sus objetivos políticos se han cumplido, con lo que votan PP o PSOE, por otra parte, otros consideran que son insuficientes y evolucionan hacia el nacionalismo y votan CHA. A parte estamos los disidentes, incapaces de ponernos de acuerdo y ocupados en lanzarnos puyas unos a otros.
El PAR, para recuperar espacio en Zaragoza, debe evolucionar hacia el nacionalismo y los disidentes debemos reorganizarnos políticamente para dejar de ser invisibles.