Si pensáramos en las señas de identidad del imaginario nacional aragonés enseguida nos vendrían a la mente elementos como las lenguas, los gaiteros, el paisaje, la memoria histórica, el derecho… Este tipo de cosas. Pero lo más reconocible fuera de nuestras fronteras se lo dejamos a los españoles (o regionalistas aragoneses). La JOTA. Así como suena. Por eso iniciativas como la de la Peña Os Tenazetas (en Samianigo) tienen un gran interés. Llevan dos años organizando un recital llamado «Aragón canta al Serrablo», en el que tratan de juntar a los campeones de jota aragonesa (gente que ha ganado el Certamen zaragozano del Pilar, lo máximo). Detrás de este asunto hay una idea, una propuesta de fer país, tratando de arrancar la jota de las garras de la hispanidad. Asunto complejo, porque la invención de la tradición aconseja que el señor Franco supo ver aquéllo que nosotros infravaloramos. Emotividad. ¿Qué hubieran hecho catalanes o vascos? Yo lo tengo muy claro.