Resulta que en el Estado noruego la comisión de justicia de su parlamento ha aprobado una resolución que dictamina que quemar la bandera nacional noruega es un acto de expresión que no puede ser perseguido sino defendido. Encima es una iniciativa impulsada por el partido conservador (el diputado Jan Arild Ellingsen), es decir el Partido Popular del país escandinavo (sic). No escribo esto como anécdota sino como constatación de lo que hay: hoy viernes santo, el Estado español te manda a la cárcel si quemas la rojigualda, en Noruega no.
Fuente: el bloc intermitent de Vicent Partal.